• HIPERSEXUALIZACIÓN INFANTIL, REDES Y SUS RIESGOS

    En este inicio de 2024 resuena con fuerza el término «sephorakids», si no lo has escuchado o leído, aquí un poco de qué se trata. Fuertes campañas de marketing de esta empresa de cosmética, alentadas por influencers para iniciar a niños y sobre todo niñas en la necesidad de consumir productos inadecuados para su edad. Las compras por internet y en las tiendas físicas se han disparado. Peques de 9 o 10 años comprando cremas antiarrugas, serum y maquillaje. Esto se nos va de las manos y merece información por parte de los profesionales.

    Este último despropósito se viene a sumar a lo que cada día vemos en consulta, padres y madres preocupados por los contenidos en redes, por cómo frenar un uso adictivo de pantallas, «de pronto» el peque ha visto contenido inadecuado y lo imita o repite.

    He hablado en otros artículos sobre los daños cognitivos y conductuales relacionados con la alta exposición a pantallas desde los primeros meses de vida. Daños que son graves y que dificultan el sano neurodesarrollo. hoy hablaré de cómo hipersexualizamos a los niños y niñas a través de preguntas inadecuadas incluso en la familia y cómo se les da barra libre a internet con los peligros que conlleva.

    Si tu hijo o hija no ha cumplido los 16 años y tiene redes sociales que utiliza sin parar, si juega videojuegos en línea y habla con desconocidos corre un grave riesgo, aunque se puedan legalmente abrir redes a los 14 años es necesario educar en los riesgos del mundo virtual y activar los filtros de privacidad necesarios.

    La maduración emocional y física de los peques y adolescentes no es la adecuada para afrontar y consumir contenidos de cuerpos idealizados, se exponen a que extraños entren en contacto con ellos, hay redes de pederastia captando menores a través de los chats en línea de videojuegos y la pregunta es sencilla: ¿permitirías que tu hijo hablase durante horas con un desconocido en la calle, incluso de temas relevantes, privados o familiares?, pues esto pasa en red todos los días.

    PRÁCTICAS Y SITUACIONES DE EXPOSICIÓN INADECUADA. RIESGOS PARA NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES

    Compartir contenido continuo en redes sociales sobre nuestros hijos, desde la primera ecografía, hasta su primer baño, sus primeros pasos, su colegio… fenómeno conocido como «sharenting». Con esto estamos violando la privacidad de nuestros peques y sometiéndoles a una exposición pública totalmente innecesaria.

    Entregar una tableta o teléfono con internet cuando todavía no tienen la capacidad de un uso responsable e informado.

    Abrirles redes sociales, sobre todo tiktok está arrasando entre menores, videos rápidos, altamente adictivos y en muchas ocasiones con «contenido basura». También los menores publican contenido de ellos mismos, de sus casas y entorno con el peligro que esto supone.

    Escuchar música hipersexualizada, enseñar a las niñas a «perrear», a darles valor por lo «sexy» que pueda imitar o bailar. Hay letras de canciones con un alto contenido sexual, entre ellas la mayoría de reguetón que no es adecuado para menores.

    Videojuegos en línea, con chats abriertos donde cualquiera con un nik entabla conversacion con peques y les dice que también tiene su edad. ¿cómo saberlo?.

    Comportamientos sexuales prematuros y «sexting»: iniciación a edades tempranas y con intercambio de imágenes sexuales, sin tener en cuenta los riesgos que conlleva. Riesgo que se agudiza en caso de extorsión. Cuando han confiado una información privada o secreto y con eso les chantajean podemos llegar a encontrarnos casos muy graves.

    Acceso a pornografía y contenidos violentos, en un informe publicado por Save the Children se sitúa en torno a los 8 años la edad media en que los menores empiezan a consumir pornografía y 6 de cada 10 declaran haber accedido a contenidos pornográficos de algún tipo. (Más información al final del artículo).

    Ciberbullying al verse expuestos a todo tipo de interacciones que no pueden gestionar, tanto con pares como con adultos

    PROTECCIÓN DE INFANCIA Y ADOLESCENCIA

    Recordemos que los peques son sujetos de derechos, entre muchos otros destacaría el derecho a una vida digna,la sanidad, la intimidad y la educación.

    Entendamos por educación una educación integral, en todos los ámbitos. La educación afectivo sexual en la familia es de vital importancia como factor protector. La información obtenida en casa, con padres formados e informados es mucho más valiosa que la obtenida a través de sus compañeros o en la red. La información es poder y es necesario desde edades tempranas adecuando siempre el contenido.

    Dejémosles ser niños, explorar, jugar, correr, socializar, emocionarse…

    Las pantallas llegarán a su tiempo y no se van a quedar atrás por no tener una tablet a los 3 años, al contrario, adquirirán destrezas y habilidades para la vida, su atención y desarrollo cognitivo será el adecuado y los protegeremos de riesgos.

    Evitemos que nuestros hijos construyan su autoconcepto a través de likes, comentarios y mensajes en redes. Evitemos la exposición innecesaria y contenido inadecuado, marcando una edad para cada situación, límites sanos, mucho diálogo y convivencia en familia.

    Para saber más:

    En este artículo de Save the Children nos informan sobre los 9 tipos de violencia online

    https://www.savethechildren.es/actualidad/violencia-viral-9-tipos-violencia-online

    En el siguiente informe también de Save the Children nos informan sobre el consumo de pornografía, prácticas nocivas y uso de las redes entre adolescentes.

    En el siguiente vídeo de Fundación Mapfre alertan sobre los peligros de los menores en redes.

    Gracias por la atención, nos leemos en el siguiente!

    Autora: Psic. Begoña Goberna Casás

  • DEPRESIÓN

    CARACTERÍSTICAS, ESTUDIOS RECIENTES E INTERVENCIÓN

    Hemos banalizado tanto el término depresión que se dificulta comprender a un amigo o a un familiar que realmente pase por un cuadro depresivo. Se tiende a dar consejos como «anímate», «sal más», » haz ejercicio» y en muchos casos se culpabiliza al enfermo.

    Cuántas veces decimos, ante un disgusto o una pequeña dificultad: » qué deprimente», «qué depresión», «no soporto esto o aquello», pero en realidad una depresión va más allá de este tipo de dificultades, es un estado de ánimo persistente y estas son los criterios diagnósticos según el DSM-V:

    -Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día.

    Disminución significativa de interés o placer en las actividades habituales (Anhedonia)

    Alteraciones del ciclo del sueño.

    Aumento o disminución significativa de peso y/o apetito.

    Afectación a nivel funcional (ocupaciones habituales, relaciones sociales…)

    Fatiga y pérdida de energía.

    Sentimientos de culpa e inutilidad.

    Dificultad para pensar o concentrarse.

    -Pensamientos recurrentes de muerte o ideación suicida.

    -Agitación o retardo psicomotor.

    Si al menos 5 de estos síntomas se presentan por más de dos semanas podemos sospechar que nos encontramos ante un cuadro depresivo.

    Richard Blackmore acuñó el término depresión en el S.XVII y lo definió como una profunda melancolía, pero desde entonces y hasta nuestros días hay múltiples estudios sobre un trastorno que afecta a más de 300 millones de personas alrededor del mundo, el último ha sido publicado en agosto de 2022 y ha causado un gran revuelo en la comunidad científica. Veamos por qué.

    ÚLTIMO ESTUDIO PUBLICADO

    De acuerdo al modelo biomédico que impera en torno a los trastornos mentales se han tratado de buscar soluciones farmacológicas en base a las teorías biológicas de la depresión y las alteraciones neuroquímicas cerebrales, algo que ha empezado a cambiar después de la publicación del reciente estudio:

    https://www.nature.com/articles/s41380-022-01661-0

    En él se concluye : » las principales líneas de investigación sobre la serotonina muestran que no hay evidencia convincente de que la depresión esté asociada o sea causada por concentraciones o actividad más bajas de serotonina. La mayoría de los estudios no encontraron evidencia de una reducción de la actividad de la serotonina en personas con depresión en comparación con las personas que no la tenían».

    Algunos de los fármacos actuales se centran en regular este déficit de actividad serotoninérgica y a la vista de este estudio parece que no se le puede atribuir una causa directa con el trastorno depresivo, esto no quiere decir que los fármacos sean innecesarios en todos los casos, pero lo que si es cierto es que debemos plantearnos un uso más racional de los ansiolíticos y depresivos, porque además, en el caso de los antidepresivos no son la solución total o una panacea. Dado que la depresión interfiere en hábitos y conductas es necesaria una intervención en todas las áreas involucradas.

    Las dificultades en las relaciones sociales y las disfunciones cognitivas podrían representar factores de riesgo para el desarrollo del trastorno depresivo, así como las adversidades psicosociales (contexto social y aspectos de la personalidad), por lo que estamos ante un cuadro multifactorial y al que es necesario atender desde la psicoterapia y no solo desde la farmacología.

    INTERVENCIÓN

    La psicoterapia cognitivo conductual (TCC) ha resultado con mayor evidencia para el tratamiento efectivo en este tipo de trastornos del estado de ánimo. (Modelo Beck y Ellis). La teoría cognitiva considera que hay cuatro elementos cognitivos clave que explican la depresión (Perris, 1989):

    1) La tríada cognitiva, formada por una visión
    negativa sobre uno mismo, el mundo y el futuro.

    2) Los pensamientos automáticos negativos.

    3) Errores en la percepción y en el procesamiento de información.

    4) Disfunción en los esquemas.

    Forman parte también la desesperanza y la afectividad negativa (sensaciones de estados emocionales aversivos, como nerviosismo, miedo, disgusto, culpa, ira, etc.). Los procesos de aprendizaje a lo largo de nuestra vida y experiencias son piezas claves en toda esta ecuación.

    La primera herramienta de valoración en la TCC es el análisis funcional, la depresión afecta a todas las conductas observables y no observables que alteran la funcionalidad diaria de la persona, es necesario por tanto realizar este análisis para centrar y personalizar la terapia. Se tiene en cuenta el contexto, el estado emocional, los procesos cognitivos, las relaciones sociales/laborales, las habilidades sociales. Conocer el contexto, función y mantenimiento de una conducta es el punto básico de partida para poder abordar los cambios terapéuticos necesarios.

    Desde las neurociencias se plantean otro tipo de intervenciones complementarias como la neuromodulación (tratamiento de estimulación cerebral no invasivo para el tratamiento de la depresión persistente) y la estimulación eléctrica transcraneal (corrientes eléctricas muy bajas que consiguen estimular ciertas partes específicas del cerebro). Aunque en este momento nos suenen a ciencia ficción, lo cierto es que se están utilizando presentando buenos resultados y sin efectos secundarios ya que son técnicas no invasivas.

    Sin duda, aún habrá mucho camino que recorrer y mucha más investigación por hacer, el binomio neurología y psicología clínica tendrá mucho que aportar en los próximos años, tanto en diagnósticos más certeros como en intervenciones cada vez más específicas, sin efectos secundarios y mucho más efectivas. Seguramente se podrá comprobar, más pronto que tarde, aquella famosa frase del Premio Nobel Santiago Ramón Y Cajal: » todo hombre puede ser, si se lo propone, el escultor de su propio cerebro»

    Para saber más:

    Estudio: https://www.nature.com/articles/s41380-022-01661-0

    En este video el Dr. Marco Antonio Sotomayor nos explica el contenido del último estudio sobre la teoría serotoninérgica

    En este otro video el psicólogo clínico Alberto Soler nos explica como se ve a sí misma la persona con depresión y mucho más.

    Gracias por la atención, nos leemos en el siguiente!

    Autora: Begoña Goberna Casás.

  • LÍMITES SALUDABLES EN LA CRIANZA

    Es necesario marcar los límites en familia para el correcto desarrollo infantil y juvenil. Los límites no son algo represivo, si no la necesidad de implementar normas para una correcta convivencia y autocuidado.

    Por supuesto no es marcar límites cualquier tipo de maltrato, ya sea físico o verbal. Una bofetada no educa y los castigos para peques o adolescentes que todavía no saben regularse tampoco son correctos. No es necesario hacer sentir mal a nuestros hijos para intentar mejorar sus conductas, sobre todo cuando el castigo no está relacionado con la conducta a modificar, no es respetuoso, razonable, reparador de la situación y realista de acuerdo al hecho, al contexto y a la edad. (Las 5 R de la educación).

    Hay límites como el respeto a los demás, que los peques no tienen interiorizados hasta aproximadamente la edad de 3 o 4 años. Por eso es habitual en las rabietas antes de esa edad que el comportamiento pueda ser impulsivo y/o agresivo. Es importante indicar y repetir, si es necesario, que no vamos a tolerar ningún tipo de agresión y por supuesto hay técnicas respetuosas para implementar estos límites. Después de esa edad ya debería haber un mayor autocontrol.

    Explicar en calma que los demás se sienten mal si son agredidos física o verbalmente es importante, con explicaciones simples de acuerdo a la edad. Para ello es necesario hablar de emociones en casa, con apoyos didácticos si es necesario. Los libros y cuentos sobre emociones son una gran herramienta. (Autores como Begoña Ibarrola, Alberto Soler o Elsa Punset con su colección Los Atrevidos, son más que recomendables).

    Los límites que nos mantienen seguros deben ser prioridad, como por ejemplo no cruzar la calle o no tener a mano objetos peligrosos con los que puedan hacerse daño.

    La socialización nos enseña límites, para el buen manejo de las habilidades sociales es necesario el aprendizaje vicario. Somos su ejemplo, si en casa se les trata con respeto y podemos marcar reglas y normas en calma, será más probable que la conducta en el cole y en otros ámbitos esté más regulada. Esto no quiere decir que no haya retos a los que enfrentarse. Un peque de preescolar no maneja todavía sus emociones de forma adecuada y el control de impulsos dependerá también de su desarrollo y maduración.

    Según van creciendo se pueden dar explicaciones más complejas y si se han establecido unas buenas rutinas también serán de gran apoyo a la hora de marcar límites.

    Si descansamos lo suficiente, si nos alimentamos de forma saludable y si en casa no hay gritos ni malos modos es más sencillo marcar límites y que las conductas disruptivas se produzcan con menos frecuencia y con menor intensidad.

    Un buen planificador de actividades, horarios y normas a la vista con fotos o dibujos, puede ayudar al peque a saber con antelación qué debe hacer y también realizar transiciones entre una actividad y otra. Por ejemplo avisar diez minutos antes del baño que ya hay que guardar los juguetes y prepararse para cenar y acostarse.

    Este tipo de rutinas repetidas crean hábitos. La comunicación siempre debe ser haciendo contacto visual y a su altura, con frases cortas, claras y concisas, en eso consiste la comunicación afectiva y efectiva de la que ya hemos hablado en otros artículos del blog.

    Avisos previos, normas claras y consistentes así como horarios bien definidos dan mucha seguridad y además ayudan al buen funcionamiento diario en familia.

    ¿Qué sucede en la adolescencia?, pues que los límites también deben estar presentes pero de otra forma. Si durante la infancia las normas han estado muy claras, hemos sido flexibles en las cosas que no tienen mayor importancia pero firmes y respetuosos en lo esencial, será más fácil regular y comprender la conducta adolescente.

    En esta etapa debe prevalecer la comunicación abierta, la escucha activa y por supuesto mantener la calma en todo momento. Debemos tener en cuenta sus opiniones y sugerencias.

    Educar es un trabajo de dos décadas para el que es necesario mucho tiempo, presencia y formación. De ello depende la salud mental futura de nuestros hijos.

    En la adolescencia los chicos y chicas buscan su lugar en el mundo, su identidad, el peso del grupo social es de vital importancia, la aceptación externa y sentirse validados es una prioridad.

    Es más que necesario que esa validación comience en casa, dejándoles ser quienes en realidad son, que no tengan necesidad de esconderse, de mentir o de tomar decisiones que les pongan en riesgo.

    Aprovechar momentos juntos, interesarse por sus gustos y mantener un diálogo constante nos ayudará a dar indicaciones sobre qué límites no se pueden sobrepasar.

    En el tema de las tecnologías también son también muy importantes los límites y la formación. Las redes sociales, por ejemplo, son un gran riesgo para los menores. Hoy ya hay un gran debate sobre el uso de móviles en menores de 16 años y sabemos que en la infancia el uso y abuso de pantallas produce daño cognitivo y de conducta. En esto hay que ser muy claros y determinantes.

    La logopeda y educadora María Soto nos explica en este pequeño video como establecer límites

    En este otro vídeo de Guía Infantil nos hablan de la importancia de los límites en la crianza.

    Gracias por la atención, nos leemos en el siguiente!

    Autora: Begoña Goberna Casás

  • DISONANCIAS COGNITIVAS

    SU IMPACTO EN LA SALUD MENTAL

    Parafraseando al fantástico psicólogo Ramón Nogueras en su libro: «Porqué creemos en mierdas» : nos protegemos de nuestros errores con una ilusión de realismo alimentada por la disonancia cognitiva.

    El psicólogo Leon Festinger publicó su teoría de disonancia cognitiva en su libro de 1957, A Theory of Cognitive Dissonance.

    Festinger propuso que las personas experimentan molestias cuando tienen creencias contradictorias o cuando sus acciones contradicen sus creencias.

    La teoría de la disonancia cognitiva sugiere que las personas tienen una fuerte motivación para reducir esta disonancia, ya sea cambiando sus creencias, ajustando sus acciones o buscando información que respalde las creencias existentes. Festinger argumentó que la disonancia cognitiva es un motor importante detrás del cambio de actitudes y del proceso de toma de decisiones. Las personas tienden a buscar la coherencia y a minimizar la inconsistencia entre sus creencias y comportamientos.

    Somos expertos en reconocer sesgos o disonancias en los demás y es más difícil ser conscientes de los propios.

    Aaron Beck, el padre de la Terapia Cognitivo Conductual propuso varias disonancias cognitivas o distorsiones cognitivas que pueden contribuir a problemas de salud mental. Estas distorsiones cognitivas son patrones de pensamiento que a menudo son irracionales o inexactos y que pueden llevar a pensamientos y emociones negativas, estando íntimamente ligadas a procesos depresivos y otras situaciones de salud mental.

    Principales disonancias cognitivas

    Pensamiento dicotómico: contemplar solo dos alternativas que son antagónicas. Pensar de forma polarizada, todo o nada, sin contemplar matices o grados intermedios.

    Generalización: a partir de un hecho aislado extrapolar conclusiones que creemos válidas para todo.

    Magnificación/minimización: exagerar o minimizar la importancia de los errores propios y ajenos.

    Sesgo de confirmación: interpretación de la realidad que confirma nuestras creencias y opiniones.

    Abstracción selectiva: considerar y validar más los aspectos negativos que los positivos aunque en realidad se produzca un hecho que se podría valorar en parte como positivo.

    Catastrofización: imaginar y creer el peor escenario posible en situaciones que no son tan graves. Valorar como insoportable e intolerable alguna situación incómoda.

    Interpretación del pensamiento: suponer el pensamiento de los demás e incluso sus intenciones. Se puede vivir con mucho malestar emocional al asumir pensamientos negativos de otros acerca de nosotros.

    Los «debería»: creencias rígidas que nos exigen comportarnos siempre de determinada forma, incapacitándonos para cambiar nuestras creencias u opiniones. Son la puerta de la autoexigencia.

    Personalización: asumir que todo lo que sucede depende de nosotros, aunque objetivamente no haya evidencias de haber podido cambiar nada de lo que ha ocurrido o no haber participado activamente en un evento.

    Reconocer que nuestra opinión es sesgada y que eso nos puede llevar a problemas conductuales y emocionales no es un camino fácil. Las disonancias nos afectan a todos y el problema surge cuando el malestar causado afecta de forma significativa a nuestros comportamientos y toma de decisiones.

    Así una persona que no es capaz de afrontar un cambio puede verse envuelta en un proceso evitativo constante que interfiere en su vida diaria causando ansiedad, incrementando las sensaciones de culpa y tomando decisiones vitales perjudiciales.

    Necesitamos trabajar nuestra flexibilidad psicológica de forma que cambiar de opinión así como nuestra visión del mundo nos facilite acomodarnos favorablemente a nuevas realidades y contextos.

    Para saber más:

    Vídeo del canal psicoactiva donde nos explican el concepto de disonancia con ejemplos

    En este otro vídeo el psicólogo Alberto Soler nos explica como nos engañamos a nosotros mismos

    Gracias por la atención, nos leemos en el siguiente!

    Autora: Begoña Goberna Casás

    Festinger, L. (1962). Cognitive Dissonance. Scientific American. 207(4): pp. 93 – 106.

    Vidales, Ismael (2004). Psicología general. México: Limusa.

  • PEQUES Y ETIQUETAS

    UN CASO REAL

    Este artículo está escrito desde el dolor que me producen algunas situaciones con los menores con los que trabajamos.

    Dedicado especialmente a mis compañeras Zac y Xóchilt porque sin ellas nuestros peques no tendrían un lugar seguro y un adulto de referencia al que acudir.

    No podemos cambiar contextos tan duros, ojalá se pudiera, pero al menos intentamos poner en valor la vida de los peques con los que trabajamos. Esos ojos iluminados y esas sonrisas se lo merecen todo. Cómo se comportan cuando se les tiene en cuenta y se les valora, no tiene nada que ver con lo que encuentran en su contexto más próximo.

    Esto va de etiquetas, utilizar etiquetas para describir a las personas es una mala idea, sobre todo si esas etiquetas son peyorativas.

    Cuando se utilizan etiquetas como el flaco, el orejas, el vago, etc. para describir a un peque o adolescente el caso se vuelve más grave.

    Las etiquetas pueden perjudicar el sano desarrollo y el autoconcepto de niños, niñas y adolescentes, es un tema complejo. Aquí hay algunas consecuencias relevantes:

    1. Estigmatización: Etiquetar a un peque o adolescente de manera negativa, especialmente en términos de sus habilidades, comportamiento o apariencia, puede llevar a la estigmatización. Esto puede tener efectos perjudiciales en su autoconcepto, ya que pueden sentirse rechazados o menospreciados.

    2. Limitan el comportamiento, los peques acaban comportándose de la forma en la que son etiquetados. (Efecto Pigmalión).

    3.Son excluyentes: nadie se acerca a una persona a la que se considera conflictiva, vaga o cualquier otro calificativo negativo.

    Un caso real con nuestros peques de primaria en Save the Children, en la siguiente foto se pueden ver etiquetas escritas por los niños y niñas, son nombres y motes que les dicen sus familiares más directos y con los que se muestran molestos, dolidos y vulnerables. Les afectan gravemente teniendo un autoconcepto negativo: «si soy el tonto ya no lo intento», «nada me sale bien», «no soy capaz y nadie cree que lo vaya a conseguir».

    Esta clasificación de las personas de acuerdo a una conducta o hecho puntual es maltrato psicológico y un abuso emocional por parte de los adultos a cargo.

    Los seres humanos somos seres biopsicosociales y nuestro contexto influye muchísimo en como nos comportamos. Que algo no salga bien o que una conducta no sea la apropiada en un momento determinado no nos define como personas. Es necesario separar las conductas de lo que realmente somos, todos los seres humanos somos valiosos y tenemos derechos.

    Los derechos de las niñas, niños y adolescentes se aprobaron el 20 de noviembre de 1989 por parte de la ONU. Desde entonces se han unido más países reafirmando la protección a la infancia (excepto EEUU). Solo falta que muchos gobiernos se lo tomen en serio.

    Es necesario formarse en perspectiva de DDHH y respetar las infancias, respetar el valor de los seres humanos y empoderar a nuestros peques. Son personas en desarrollo y muchos de ellos viven situaciones de alta vulnerabilidad en contextos extremos.

    Es necesario que las mamás y papás comprendan que la salud es física y también psicológica y que no se puede dañar a los más indefensos. Nuestras palabras tienen poder y se deben cuidar.

    Por un mundo libre de violencia y en especial libre de violencias hacia menores.

    Para saber más:

    En los siguientes vídeos Alberto Soler nos habla sobre los derechos de la infancia y el Efecto Pigmalión (el poder de las etiquetas).

    En este otro video de Escuela de Educadores se ve muy bien el poder de las palabras y de las etiquetas.

    Gracias por la atención, nos leemos en el siguiente!

    Autora: Begoña Goberna Casás.

  • RESPONSABILIDAD AFECTIVA

    Vivimos en un mundo de prisa, cada uno a lo suyo, donde expresiones como «aporta o aparta» se hacen virales, se habla de «personas tóxicas» «personas vitamina», se etiqueta, se responsabiliza a los demás de nuestro bienestar o de nuestras desdichas y no se trata tanto de responsabilidades individuales si no de corresponsabilidad.

    Este tipo de responsabilidad y comunicación afectiva también se aprende en familia, escuchar a nuestros hijos, validar sus emociones, poner límites claros siempre desde la calma y la empatía les ayudará a ser adultos consecuentes de sus actos, a tomar mejores decisiones, a cuidarse y a la vez entender el mundo de los otros, intuir sus necesidades y valorar que todos podemos ser frágiles en determinados momentos. No se trata de cargar con las emociones de otros, si no de ser consecuentes y saber que nuestra forma de expresarnos o comportarnos genera un impacto en los demás.

    Los estudios de Wellman en 1990 demostraron que a partir de los 4 años los pequeños desarrollan la comprensión de los pensamientos, deseos y emociones de otros, se desarrolla la Teoría de la Mente, por tanto es un buen momento para iniciar con ejemplos de cómo se sentirá alguien al que le dejas de hablar o al que le hablas mal.

    El «ghosting» es uno de esos anglicismos que ya forman parte de nuestra vida diaria y representa un buen ejemplo de la falta de responsabilidad afectiva. Desaparecer de la vida de alguien como un fantasma, sin dar explicaciones y no atender ningún tipo de demanda. Se popularizó en torno a las relaciones de pareja y se justifica el hecho con «no somos nada», «no te debo explicaciones», pero lo cierto es que cualquier relación implica expectativas, deseo de comunicación e impacta en la vida del otro. Por lo que no se trata de dar mil explicaciones si no queremos continuar, pero si es necesario empatizar y dar a conocer nuestros deseos y afectos o nuestra decisión de no continuar y hacerlo de forma asertiva, porque es necesario tener en cuenta al otro.

    De esa forma la otra persona no se quedará con mil dudas: «¿habré hecho algo mal?», «¿no seré suficiente?», «¿habré dicho algo inapropiado?».

    Si este ejemplo lo trasladamos al entorno familiar y más concretamente a las relaciones madres-padres-hijos, ¿cómo se sentirán los hijos si los adultos a cargo les dejan de hablar? y ¿y si ante una dificultad no hay explicaciones, muestras de afecto o acercamiento?, en estos casos los niños se sienten invalidados, en ocasiones manifiestan sentirse solos, que no valen nada o que la familia no les tiene en cuenta. Seguro que no queremos esto para nuestros hijos. Por eso formarse en comunicación y responsabilidad afectiva debería ser prioritario. Tenemos que aprender a «hacernos cargo», ser responsables de lo que expresamos y cómo lo expresamos cuando nos relacionamos con otros y en mayor medida cuando son relaciones donde existe un fuerte vínculo, bien sea de pareja, familiar o de amistad.

    Cuidar y ser cuidados en afectos es necesario para relacionarnos de forma sana. Incluso de adultos vamos cambiando y aprendiendo con diferentes contextos de relaciones que nos demandan nuevos aprendizajes y estrategias. La empatía y la regulación emocional son las piezas clave en la construcción de la responsabilidad afectiva.

    QUÉ CUALIDADES PODEMOS ENSEÑAR A NUESTROS HIJOS PARA UNA CORRECTA RESPONSABILIDAD AFECTIVA

    Comunicación abierta: podemos decir lo que pensamos, sin reproches y en plena confianza. Poder tratar cualquier tema crea el clima propicio de tolerancia y escucha activa.

    Honestidad: ser claros en cómo nos sentimos los adultos, por ejemplo llegar a casa y decir: «hoy he tenido un mal día» propiciará que los pequeños acepten y normalicen expresar sus emociones sin temor a ser juzgados. La regulación emocional se entrena.

    El ejemplo: comunicar de forma fluida nuestras emociones, sin cargarles con problemas de adultos, no hace falta dar miles de explicaciones ni entrar en detalles innecesarios que preocuparían al peque, pero si es claro que deben ver, conocer y reconocer los diferentes estados de ánimo de las personas con las que conviven y ver como las gestionamos. Ese será su mayor y más cercano entrenamiento emocional y es todo un reto para los adultos que no siempre nos regulamos de forma adecuada.

    Para saber más comparto este video del canal supérate con psicología donde nos dan una explicación breve y clara sobre responsabilidad afectiva:

    En este artículo de la Revista de Neurología 2007;44 (8): 479-489, se revisa ¿que es La Teoría de la Mente?. Autores: J Tirapu-Ustárroz, G Pérez-Sayes, M Erekatxo-Bilbao, C Pelegrín-Valero

    Gracias por la atención, nos leemos en el siguiente.

    Autora: Begoña Goberna Casás.

  • RIESGOS PSICOSOCIALES EN ADOLESCENTES

    En este artículo haré una mención especial a mis peques y familias del sur de México, con las que estoy trabajando desde hace seis años y que me han enseñado a ver la vida desde otros ángulos y en diferentes contextos. En ocasiones muy duros y difíciles. Es un gran impacto y un gran aprendizaje a nivel personal y profesional.

    Sabemos que el desarrollo integral de las personas depende de muchos factores, tanto biológicos, como psicológicos y sociales. En estos dos últimos ámbitos hay factores de riesgo y factores protectores, no es lo mismo nacer en Noruega que en Angola, como no es lo mismo contar con acceso a salud pública de calidad o a la educación, entre otras muchas circunstancias.

    La adolescencia, es un período crítico sometido a constantes cambios en
    el desarrollo físico, psíquico y social, por tanto pueden presentarse situaciones de alta vulnerabilidad que dependerán en gran medida de:

    Lugar y entorno de nacimiento.

    Patrones inadecuados de educación y crianza

    Insatisfacción de necesidades básicas

    Afectividad familiar restringida, desentendimiento y alejamiento de los cuidadores primarios.

    Ambiente familiar violento y/o de bajos recursos.

    Violencia social o grupos de presión

    Falta de acceso a la educación o abandono prematuro.

    Padecer algún trastorno de conducta o de salud mental no es exclusivo de estas situaciones, pero todo lo anterior representa un factor de riesgo importante tanto en niños como en adolescentes.

    AMÉRICA LATINA Y CARIBE

    Me centraré en mi ámbito de trabajo actual para poder concretar un poco más un tema tan amplio y complejo,

    Los adolescentes en América Latina y el Caribe enfrentan una serie de riesgos psicosociales que pueden tener un impacto significativo en su bienestar emocional y desarrollo. A continuación, mencionaré algunos de los riesgos psicosociales más comunes a los que se enfrentan los adolescentes en esta región:

    1. Violencia: La violencia es un problema generalizado en muchos países de América Latina y el Caribe. Los adolescentes pueden verse expuestos a la violencia en su entorno familiar, en la comunidad o incluso en la escuela. La violencia puede tener consecuencias psicológicas graves y generar estrés postraumático, ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental.
    2. Pobreza y desigualdad: La pobreza y la desigualdad socioeconómica son desafíos significativos en la región. Los adolescentes que viven en condiciones de pobreza enfrentan dificultades para acceder a una educación de calidad, atención médica adecuada y oportunidades de desarrollo. Esto puede generar sentimientos de frustración, injusticia y baja autoestima, así como aumentar el riesgo de involucrarse en comportamientos de riesgo, como el consumo de drogas y la delincuencia.
    3. Discriminación y exclusión: Los adolescentes en América Latina y el Caribe también pueden enfrentar discriminación y exclusión debido a factores como su origen étnico, género, orientación sexual o neurodiversidad. La discriminación puede generar problemas de autoestima, ansiedad, depresión y aislamiento social.
    4. Acceso limitado a servicios de salud mental: En muchos países de la región, el acceso a servicios de salud mental de calidad es limitado, lo que dificulta que los adolescentes obtengan el apoyo necesario. Esto puede llevar a una falta de detección temprana y tratamiento de trastornos mentales, lo que a su vez puede agravar los problemas de salud mental en esta etapa crucial de la vida.
    5. Influencia de los medios de comunicación y redes sociales: Los adolescentes están expuestos a una gran cantidad de información a través de los medios de comunicación y las redes sociales. Esta exposición puede tener un impacto negativo en su salud mental, ya que pueden enfrentar presiones para cumplir con estándares de belleza irreales, experimentar ciberacoso o compararse constantemente con los demás, lo que puede generar ansiedad, depresión y baja autoestima.

    Es importante tener en cuenta que estos riesgos psicosociales no afectan a todos los adolescentes de la misma manera, y las circunstancias individuales pueden variar considerablemente. Sin embargo, abordar estos riesgos requiere un enfoque integral que involucre a gobiernos, instituciones educativas, familias y comunidades para promover entornos seguros, equitativos y saludables para los adolescentes.

    CIFRAS Y DATOS

    En América Latina y Caribe las cifras varían según la región pero una de las cuestiones más alarmantes son la pobreza y exclusión:

    1. Pobreza infantil: Según el informe del Banco Mundial «Estado de la Pobreza en América Latina y el Caribe 2020», antes de la pandemia de COVID-19, se estimaba que alrededor del 29% de los niños y niñas menores de 18 años vivían en condiciones de pobreza en la región.
    2. Pobreza juvenil: En cuanto a los jóvenes de 18 a 24 años, la tasa de pobreza tiende a ser más alta que en otros grupos de edad. Según el informe del Banco Mundial, antes de la pandemia, aproximadamente el 27% de los jóvenes en América Latina y el Caribe vivían en situación de pobreza.

    Datos de México de acuerdo al informe de UNICEF del año 2022:

    LA PREVENCIÓN COMO ESTRATEGIA

    La prevención de riesgos psicosociales en adolescentes es una responsabilidad compartida entre los padres, cuidadores, educadores, profesionales de la salud y la sociedad en general. Trabajar juntos en la promoción de entornos saludables y de apoyo puede tener un impacto significativo en el bienestar emocional y el desarrollo de los adolescentes.

    Los programas de habilidades sociales y gestión emocional tanto para padres como para educadores y adolescentes, la educación en salud mental, creación de espacios seguros de apoyo, programas de reducción de violencia y acoso, información exhaustiva sobre consumo de drogas, prevención de conducta suicida, educación sexual integral (ESI) y manejo de redes sociales son estrategias más que necesarias para abordar estos riesgos.

    Para saber más:

    Pequeño corto sobre los derecho de la infancia (UNICEF)

    Informe alternativo niñas, niños y adolescentes (Save the Children)

    Gracias por la atención, nos leemos en el siguiente!

    Autora: Begoña Goberna Casás

  • LOS MITOS EN LA CRIANZA

    LAS FAMILIAS PERFECTAS NO EXISTEN

    La decisión de ser madre/padre es quizás de las más importantes en nuestras vidas. Debemos responsabilizarnos de un ser humano para siempre o al menos durante dos décadas, de las decisiones que tomemos y de la forma en que enfrentemos este gran reto va a depender nuestro bienestar y el de nuestros hijos y esto le añade una gran carga de responsabilidad.

    Actualmente la corriente de la crianza respetuosa ha ido ganando peso y con ella también han surgido multitud de gurús en redes mostrando vidas perfectas, familias perfectas y formas un tanto extrañas de comunicarse con los hijos. Realmente la clave está en saber cómo es el proceso de aprendizaje de un peque, con qué capacidades cuenta en cada etapa de su desarrollo y no en tips para criar hijos perfectos, eso no existe.

    Solo una salvedad, las infancias deben protegerse y cuidarse, la violencia tanto física como psicológica deben quedar fuera de cualquier estilo de crianza por razones obvias.

    La crianza positiva, respetuosa o los adjetivos que le queramos añadir no consiste es ser la madre o padre perfecto, consiste en crear vínculos sanos, donde prime la comunicación, la flexibilidad y la tolerancia. Debemos ser conscientes que todos vamos a tener días duros, tanto los adultos como los peques. Habrá días de enfados, de prisas, rabietas y mil cosas más. Habrá veces que lo gestionemos bien y veces en que nos veremos más desbordados. No pasa nada, aceptar el error y pedir disculpas es algo sano y valioso y no, no se pierde autoridad por pedir una disculpa a un hijo, al contrario, nos ganamos la confianza a la vez que damos una gran lección de honestidad.

    No es cierto que en este estilo de crianza no hay límites o que solo funciona con niños «obedientes», se trata de conectar con las necesidades de los pequeños, sobre todo en el ámbito emocional, acompañar, guiar, escuchar. Un peque es todo emoción, es todo inmediatez e impaciencia en la mayoría de ocasiones y no porque él o ella lo decidan, si no por su propia maduración cerebral.

    No es permisividad absoluta y tampoco elimina la disciplina, hay normas que todos en casa debemos cumplir y respetar, pero sería absurdo por ejemplo, pedirle a nuestros hijos adolescentes que no utilicen el teléfono mientras cenamos en familia y estar usándolo nosotros, el ejemplo vale más que mil palabras y mil sermones. De igual manera que es absurdo gritarle a un peque que ha derramado sin querer un vaso de agua. Si a un adulto se le cae algo por accidente ¿le gritamos?, lo inmediato es reparar, en este caso limpiar, pues con un peque es exactamente lo mismo, enseñarle a reparar el accidente si tiene la edad suficiente para hacerlo.

    Se fomenta la resolución de conflictos de forma constructiva, dialogando, llegando a acuerdos, reconociendo las emociones y necesidades de los peques desde que son bebés, por ejemplo, acudir siempre que lloran y atender sus necesidades de afecto es básico para que en el futuro ese vínculo siga presente.

    Hay veces que es necesario decir un no, pero siempre con una explicación adecuada a la edad y de forma asertiva.

    Un mito muy extendido es que este tipo de crianza genera adultos desconsiderados o poco empáticos, nada más lejos de la realidad, un pequeño atendido en sus necesidades emocionales será un joven y adulto que comprenderá mejor las necesidades de otros. Cuando se habla de un joven poco empático o agresivo normalmente es por un estilo de crianza permisiva o negligente. (hemos hablado de los diferentes estilos de crianza en otros artículos del blog).

    El mito de que los castigos son la clave para lograr un cambio de conducta está muy extendido, actualmente se sabe que el castigo tiene el efecto contrario de lo que realmente se quiere conseguir, normalmente se implementa un castigo en el momento de tensión, por lo que suelen ser injustos y desproporcionados, seguro que a todos nos suena eso de : «un mes sin tv!», esto es incongruente, un castigo de un mes es incumplible, puede no tener que ver con la conducta que queremos reducir y encima ahí viene la «culpa» del papá o la mamá porque nos han inscrito a fuego que los castigos deben cumplirse hasta el final.

    Los castigos pueden ser sustituidos por consecuencias en momentos puntuales, como una pequeña herramienta más, no como solución a todo. ¿Qué es una consecuencia? es una respuesta lógica a una conducta indeseada que busca que el peque se responsabilice, aprenda y repare el error, se explica en buen tono y con buenas formas. A medida que van creciendo y si se han establecido límites claros las conductas inadecuadas decrecen, aprenden a responsabilizarse de sus propias acciones.

    Otro mito es que no es bueno dar demasiadas explicaciones a los hijos, y esto es justo al revés, los niños deben saber qué normas hay en casa, anticiparles con frecuencia qué toca a continuación: el baño, apagar la tv, ir a cenar juntos o irse a la cama. Establecer rutinas y horarios les da seguridad.

    En conclusión se puede decir que criar es un trabajo intenso y la mayoría de las veces gratificante. No hay modelos de familia ideales ni perfectos, cada una tiene su contexto y características y no hay soluciones mágicas a cada uno de los eventos que viviremos con nuestros hijos pero la gran verdad es que debemos formarnos para saber educar.

    Para saber más:

    Sobre consecuencias del maltrato psicológico:

    https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1132-05592011000100004

    ARRUABARRENA, Mª Ignacia. Maltrato psicológico a los niños, niñas y adolescentes en la familia: definición y valoración de su gravedad. Psychosocial Intervention [online]. 2011, vol.20, n.1 [citado  2023-05-31], pp.25-44. Disponible en: <http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1132-05592011000100004&lng=es&nrm=iso&gt;. ISSN 2173-4712.  https://dx.doi.org/10.5093/in2011v20n1a3.

    Álvaro Bilbao, neuropsicólogo nos explica cómo entender el cerebro de los niños para educar mejor.

    Gracias por la atención, nos leemos en el siguiente.

    Autora: Begoña Goberna Casás

  • DEPRESIÓN

    CARACTERÍSTICAS, ESTUDIOS RECIENTES E INTERVENCIÓN

    Hemos banalizado tanto el término depresión que se dificulta comprender a un amigo o a un familiar que realmente pase por un cuadro depresivo. Se tiende a dar consejos como «anímate», «sal más», » haz ejercicio» y en muchos casos se culpabiliza al enfermo.

    Cuántas veces decimos, ante un disgusto o una pequeña dificultad: » qué deprimente», «qué depresión», «no soporto esto o aquello», pero en realidad una depresión va más allá de este tipo de dificultades, es un estado de ánimo persistente y estas son los criterios diagnósticos según el DSM-V:

    -Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día.

    Disminución significativa de interés o placer en las actividades habituales (Anhedonia)

    Alteraciones del ciclo del sueño.

    Aumento o disminución significativa de peso y/o apetito.

    Afectación a nivel funcional (ocupaciones habituales, relaciones sociales…)

    Fatiga y pérdida de energía.

    Sentimientos de culpa e inutilidad.

    Dificultad para pensar o concentrarse.

    -Pensamientos recurrentes de muerte o ideación suicida.

    -Agitación o retardo psicomotor.

    Si al menos 5 de estos síntomas se presentan por más de dos semanas podemos sospechar que nos encontramos ante un cuadro depresivo.

    Richard Blackmore acuñó el término depresión en el S.XVII y lo definió como una profunda melancolía, pero desde entonces y hasta nuestros días hay múltiples estudios sobre un trastorno que afecta a más de 300 millones de personas alrededor del mundo, el último ha sido publicado en agosto de 2022 y ha causado un gran revuelo en la comunidad científica. Veamos por qué.

    ÚLTIMO ESTUDIO PUBLICADO

    De acuerdo al modelo biomédico que impera en torno a los trastornos mentales se han tratado de buscar soluciones farmacológicas en base a las teorías biológicas de la depresión y las alteraciones neuroquímicas cerebrales, algo que ha empezado a cambiar después de la publicación del reciente estudio:

    https://www.nature.com/articles/s41380-022-01661-0

    En él se concluye : » las principales líneas de investigación sobre la serotonina muestran que no hay evidencia convincente de que la depresión esté asociada o sea causada por concentraciones o actividad más bajas de serotonina. La mayoría de los estudios no encontraron evidencia de una reducción de la actividad de la serotonina en personas con depresión en comparación con las personas que no la tenían».

    Algunos de los fármacos actuales se centran en regular este déficit de actividad serotoninérgica y a la vista de este estudio parece que no se le puede atribuir una causa directa con el trastorno depresivo, esto no quiere decir que los fármacos sean innecesarios en todos los casos, pero lo que si es cierto es que debemos plantearnos un uso más racional de los ansiolíticos y depresivos, porque además, en el caso de los antidepresivos no son la solución total o una panacea. Dado que la depresión interfiere en hábitos y conductas es necesaria una intervención en todas las áreas involucradas.

    Las dificultades en las relaciones sociales y las disfunciones cognitivas podrían representar factores de riesgo para el desarrollo del trastorno depresivo, así como las adversidades psicosociales (contexto social y aspectos de la personalidad), por lo que estamos ante un cuadro multifactorial y al que es necesario atender desde la psicoterapia y no solo desde la farmacología.

    INTERVENCIÓN

    La psicoterapia cognitivo conductual (TCC) ha resultado con mayor evidencia para el tratamiento efectivo en este tipo de trastornos del estado de ánimo. (Modelo Beck y Ellis). La teoría cognitiva considera que hay cuatro elementos cognitivos clave que explican la depresión (Perris, 1989):

    1) La tríada cognitiva, formada por una visión
    negativa sobre uno mismo, el mundo y el futuro.

    2) Los pensamientos automáticos negativos.

    3) Errores en la percepción y en el procesamiento de información.

    4) Disfunción en los esquemas.

    Forman parte también la desesperanza y la afectividad negativa (sensaciones de estados emocionales aversivos, como nerviosismo, miedo, disgusto, culpa, ira, etc.). Los procesos de aprendizaje a lo largo de nuestra vida y experiencias son piezas claves en toda esta ecuación.

    La primera herramienta de valoración en la TCC es el análisis funcional, la depresión afecta a todas las conductas observables y no observables que alteran la funcionalidad diaria de la persona, es necesario por tanto realizar este análisis para centrar y personalizar la terapia. Se tiene en cuenta el contexto, el estado emocional, los procesos cognitivos, las relaciones sociales/laborales, las habilidades sociales. Conocer el contexto, función y mantenimiento de una conducta es el punto básico de partida para poder abordar los cambios terapéuticos necesarios.

    Desde las neurociencias se plantean otro tipo de intervenciones complementarias como la neuromodulación (tratamiento de estimulación cerebral no invasivo para el tratamiento de la depresión persistente) y la estimulación eléctrica transcraneal (corrientes eléctricas muy bajas que consiguen estimular ciertas partes específicas del cerebro). Aunque en este momento nos suenen a ciencia ficción, lo cierto es que se están utilizando presentando buenos resultados y sin efectos secundarios ya que son técnicas no invasivas.

    Sin duda, aún habrá mucho camino que recorrer y mucha más investigación por hacer, el binomio neurología y psicología clínica tendrá mucho que aportar en los próximos años, tanto en diagnósticos más certeros como en intervenciones cada vez más específicas, sin efectos secundarios y mucho más efectivas. Seguramente se podrá comprobar, más pronto que tarde, aquella famosa frase del Premio Nobel Santiago Ramón Y Cajal: » todo hombre puede ser, si se lo propone, el escultor de su propio cerebro»

    Para saber más:

    Estudio: https://www.nature.com/articles/s41380-022-01661-0

    En este video el Dr. Marco Antonio Sotomayor nos explica el contenido del último estudio sobre la teoría serotoninérgica

    En este otro video el psicólogo clínico Alberto Soler nos explica como se ve a sí misma la persona con depresión y mucho más.

    Gracias por la atención, nos leemos en el siguiente!

    Autora: Begoña Goberna Casás.

  • PEQUES Y PANTALLAS

    DATOS INTERESANTES Y ALTERNATIVAS AL SMARTPHONE

    Es necesario q el control parental en el uso de pantallas

    Una frase de David Bueno, neurocientífico e investigador de la universidad de Barcelona puede ilustrar muy bien cómo nuestro cerebro se desarrolla, como aprendemos y qué se necesita para un crecimiento sano:

    “Un cerebro cultivado, estimulado, que lee, escucha música, que disfruta del arte, que hace deporte, piensa, habla con argumento con los amigos, puede llegar a tener hasta 1000 billones de conexiones»

    La clave está en las conexiones, esas con las que nacemos y que al crecer se van depurando, fortaleciéndose las que más se utilizan y extinguiéndose las demás, hemos hablado de esta poda sináptica en otros artículos del blog, como entre los dos y cuatro años se produce una primera selección y poda de las conexiones.

    Por este motivo todos los estudios científicos realizados hasta el momento se acercan a la misma conclusión: en la primera infancia son necesarios multitud de estímulos sensoriales y la interacción humana para un sano desarrollo.

    El Dr. David Bueno y otros especialistas afirman que no es necesario que un niño hasta los 5 años maneje una tablet, es necesario restringir el uso de pantallas. En el caso de los mayores es importante valorar  la edad del niño, el momento del día en que interacciona con las pantallas, el contenido que consume y el tiempo de uso.

    Recordemos el aprendizaje social (A. Bandura), la imitación del comportamiento de los cuidadores primarios modela la conducta, las actividades de exploración manual y de interacción social son fundamentales en el desarrollo de la cognición, el lenguaje, motricidad y las habilidades socioemocionales.

    Una  investigación realizada en Canadá entre octubre de 2011 a octubre 2016 en la que participaron 2.441 madres con niños pequeños y dirigida por la Dra. Sheri Madigan va más allá y revela daño cognitivo en el desarrollo en niños expuestos a medios digitales cuando son bebés.

    Para llegar a los resultados se analizó el progreso de los niños en cuatro ámbitos: comunicación, habilidades motoras (gruesas y finas), resolución de problemas y habilidades sociales, basadas en una herramienta de evaluación llamada el Cuestionario de Edades y Etapas.

    Con toda esta información se concluye sin ninguna duda que el desarrollo infantil se ve alterado a mayor uso de pantallas en edades críticas, entre los dos y tres años y hasta los cinco especialmente.

    EXISTEN ALTERNATIVAS

    Algunos recordarán cuando en los 90 sentabas a un peque en una manta y le acercabas juguetes de construcción, te sentabas a leerle cuentos, a poner caras raras y reír a carcajadas. Eso que hoy parece prehistoria es una interacción que los peques necesitan y muchas mamás y papás son super conscientes en este aspecto.

    Es cierto que los horarios de trabajo y la vida en general está hecha con prisa. Criar puede resultar una labor titánica, pero podemos ver las alternativas:

    No se necesitan muchos juguetes ni grandes inversiones, los peques juegan hasta con una caja vacía, dejemos volar la imaginación.

    Salir un ratito al parque evita el sedentarismo y facilita la interacción social.

    -En un ratito de espera (en el médico por ejemplo), no necesitamos anestesiarles con el smartphone, podemos llevar en su mochila su muñeco favorito, un pequeño cuento, una hoja y lápices para colorear...hay multitud de opciones.

    -No deberíamos preocuparnos porque estén muy quietos y en silencio, los niños saltan, ríen, corren, se ensucian…eso es ser niño!. Se pueden marcar límites de forma sana y poco a poco comprenden como comportarse en cada lugar.

    -Los estímulos sensoriales son de vital importancia, una cinta velcro de colores, la plastilina, gomas de colores, pequeñas cartulinas con texturas… pueden hacer la magia para un ratito entretenido.

    Para concluir me gustaría aclarar que la tecnología nos acerca, nos facilita la vida, nos permite acceder a formación e información valiosísimas. Lo que necesitamos es racionalizar su uso y sobre todo enseñar con el ejemplo.

    Para saber más se puede consultar la información en Las Asociaciones de Pediatría de los diferentes países, en especial la Canadiense y Americana.

    El estudio de Sheri Madigan : https://jamanetwork.com/journals/jamapediatrics/fullarticle/2722666

    Os dejo un vídeo del psicólogo Alberto Soler donde explica breve y conciso el uso racional de las pantallas:

    En este otro vídeo Catherine L´Ecuyer, doctora en psicología y educación, nos explica el daño que se produce por el exceso de exposición a pantallas y las alternativas para desarrollar las funciones ejecutivas en los peques:

    Gracias por la atención, nos leemos en el siguiente!

    Autora: Begoña Goberna Casás.

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